Mucha gente con dolor de rodilla se hace una resonancia magnética para ayudar a confirmar la causa exacta del dolor. Pero, ¿cómo sabemos realmente que la «rotura» o el «daño» que se encuentra en una resonancia es la causa de todo el dolor? La verdad sea dicha, a menudo es difícil saberlo. Esto es parcialmente porque mucha gente sana sin dolor de rodilla o lesión, tendrán “algo anormal” en su resonancia – quizás este “algo” no es realmente anormal, sino más una parte normal de la vida. Como las arrugas aparecen cuando envejecemos, nuestras rodillas experimentan cambios normales conforme envejecemos.
Pero, ¿cuán normales son estos cambios “normales”? Ésta es la pregunta exacta que nuestra reciente investigación trata de responder.
Nuestra revisión sistemática recientemente publicada en la British Journal of Sports Medicine recopiló 63 estudios que evaluaron la prevalencia de signos de artrosis de rodilla en resonancias de rodillas indoloras y sin lesión (en total 5397 rodillas).

La prevalencia de todos los resultados de las resonancias se muestra en la tabla de abajo, divididos entre adultos jóvenes (<40 años) y adultos mayores (≥ 40 años).
Edad | Desgarro meniscal | Defecto cartilaginoso | Edema óseo | Osteofito |
---|---|---|---|---|
<40 años | 4% (2-7%) | 11% (6-17%) | 14% (6-24%) | 8% (0-25%) |
≥40 años | 19% (13-26%) | 43% (29-57%) | 21% (14-31%) | 37% (22-53%) |
*Los valores son la prevalencia media (intervalo de confianza del 95%).
La prevalencia es claramente mayor en rodillas de más edad.
Las siguientes dos figuras muestran la prevalencia de defectos cartilaginosos y desgarros meniscales durante la vida. Cada estudio está representado con un círculo verde (cuanto mayor es el círculo, más gente hay en ese estudio). La raya roja es la prevalencia esperada en cualquier edad, y las líneas de puntos intervalos de confianza del 95%. De modo que, aproximadamente el 15% de todas las personas sin lesión y asintomáticas de 30 años tendrán un defecto cartilaginoso, mientras que esta prevalencia aumenta a aproximadamente el 60% si tienes 60 años.
La prevalencia de desgarros meniscales también aumenta con la edad, pero no tan rápidamente como los defectos cartilaginosos. Aproximadamente el 20% de todas las personas sin lesión y asintomáticas de 60 años tendrán un desgarro meniscal.
Estos resultados deben tenerse en consideración en nuestras decisiones clínicas, al interpretar los informes de las resonancias en pacientes. El hecho de que tengas un daño cartilaginoso no significa que debas tener dolor – ¡mucha gente sin dolor lo tiene!
Aquí un vídeo consejo resumen para pacientes, como aporte de lafisioterapia.net:
Puedes leer la versión inglesa de este artículo en Is it normal to have knee cartilage damage or a meniscal tear at my age?
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Referencias
– Culvenor AG, Øiestad BE, Hart HF, et al. Prevalence of knee osteoarthritis features on magnetic resonance imaging in asymptomatic uninjured adults: a systematic review and meta-analysis. Br J Sports Med. Published Online First: 09 June 2018. doi:10.1136/bjsports-2018-099257
Excelente me parece
Muchas gracias Humberto. Un saludo.
Muy buen artículo, conciso y fácil para compartir con mis pacientes 🙂
Muchas gracias, Maite. Me alegro de que te sea de utilidad. Saludos.
Esta bien saber que con el paso de los años es normal encontrar en las resonancias cambios en el cartílago o el menisco y que estos cambios son asintomáticos en algunas personas. Lo cual no implica que otras personas con estos cambios si puedan tener síntomas.
El decirle a estos pacientes con síntomas que el hecho de que tengan cambios en el cartílago o en el menisco no significa que deban tener dolor – ¡mucha gente sin dolor lo tiene!, no sé que sentido tiene, salvo que queramos que nos pregunte el paciente: ¿y porque me duele a mi?.
No estaría mal saber, por descartar, si los cambios en el cartílago o el menisco que me indica el informe de la resonancia de mi paciente es la causa real del dolor de su rodilla. Pero eso me imagino que con una resonancia simplemente no es posible.
Lo digo porque los fisios somos muy dados a buscar la causa verdadera del dolor detrás de: puntos gatillos, lesiones osteopáticas, desequilibrios en cadenas musculares y fasciales, alteraciones biomecánicas en el patrón del movimiento o de la postura, etc, etc.
Todo de una complejidad tremenda, ya que necesitarías cinco vidas para ser un experto clínico y terapeuta en todas estas técnicas
Al final esta profesión, como muchas otras, esta rodeada de una incertitud tan aplastante que muchos fisioterapeutas se ven superados por lo que intentan realizar cursos, como es lógico, para no verse tan perdidos en su trabajo.
Otros fisioterapeutas más dotados se manejan mejor en la incertitud y buscan una explicación leyendo como posesos artículos y más artículos científicos en abierto y escritos en ingles que a veces se pueden mal entender e incluso tb viajan al extranjero a formarse directamente con expertos en alguna materia.
Por lo general y como es lógico estos fisioterapeutas son los que luego imparten los cursos a los menos dotados.
Qué podemos hacer los fisioterapeutas menos dotados, que no somos ni seremos buenos clínicos ni expertos en ningún método o técnica, para tratar a nuestro paciente lo mejor posible dentro de nuestras posibilidades y sin caer en la frustración de la incertidud.
Hay dejo la pregunta, yo tengo mi respuesta.
Hola Manu. Un comentario la mar de interesante. La respuesta diferirá según multitud de factores que rodean la actividad clínica del fisioterapeuta. No creo que exista «la respuesta», como en casi todo lo que rodea a nuestra profesión. En cualquier caso, considero que es más la persona que la técnica. Nos encantaría saber cuál es tu respuesta a la pregunta. Saludos.
¡Excelente artículo!
Muchas gracias Alexis!!