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El paciente del «tienes que vivir con ello»

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¿Cuántas son las veces que pacientes con dolor crónico, y no tan crónico, van al médico (u otro profesional sanitario) y éste les dice que tienen que aprender a vivir con el dolor porque esto es lo que les espera para el resto de sus vidas? ¿Cuántas las veces en las que se les dice a los pacientes que sus dolencias no tienen solución?

Como dicen los ingleses «don’t get me wrong!» (no me malinterpretéis). Con esto no quiero decir que pase con todos los profesionales de la salud, de hecho los casos no son muchos, pero, bajo mi punto de vista, más de los que deberían.

Vayamos desgranando este tema. Uno de los temas pendientes en nuestras unversidades es enseñar a los alumnos a cómo lidiar con los pacientes, desde el punto de vista psicológico. Sé de más de un fisio que se ha dado cuenta de la importancia de esto y están estudiando la carrera de psicología. Yo no estoy diciendo que esto sea necesario, pero un poco de inteligencia emocional, partiendo como base, del sentido común, nos vendría a todos muy bien.

Muchos estaréis pensando «pero si ya tenemos asignaturas de psicología en la carrera, ¿de qué me estás hablando?» Te estoy hablando de que o lo que nos enseñan es insuficiente o no se lleva a cabo de la forma apropiada.

Este tema es de tremenda importancia. Nuestras palabras y cómo utilicemos éstas, va a influir de una manera muy relevante en la vida del paciente. Sí, no he hecho referencia a la salud, sino a la vida del paciente. Esto es porque toda la vida de nuestro paciente va a estar condicionada por estas palabras.

Te lo voy a explicar con un caso basado en hechos reales. Hombre de 25 años de edad que acude al neurólogo para ser examinado porque es el último especialista que le queda por visitar, después de haber tenido dolor crónico de origen desconocido durante varios años. Después de diferentes pruebas neurológicas, el especialista no encuentra la causa de dicho dolor crónico. El paciente explica que encuentra grandes dificultades para trabajar y para realizar ejercicio. La respuesta del médico es «lo mejor es que dejes de trabajar y no acudas a más médicos, ya que lo que tienes que hacer es mentalizarte de que tienes que vivir con el dolor». Este es el momento en el me gustaría ir a hacerle una visita a ese médico y cogerle de los ******.

Te voy a explicar en lo que se traducen estas palabras del neurólogo en la vida del paciente. Este paciente piensa que debe dejar su trabajo porque el médico se lo ha recomendado. Al mismo tiempo, el paciente pensará que sentir dolor es una cosa normal y tirará la toalla en su búsqueda de una explicación a las causas de su dolor. Por otro lado, reducirá su actividad, porque si trabajar no está indicado (porque en su caso era un trabajo relativamente físico, aunque nada que requiera esfuerzos del tipo que se le atribuyen, por ejemplo, a un albañil), lo mismo será aplicable al ejercicio físico. Todo esto significará un empeoramiento del estado de ánimo, que llevará a que su vida social se vea también afectada.

Si analizas lo que te he contado detenidamente, llegarás a la conclusión de que todo lo que el paciente hizo es totalmente lo contrario a lo que se recomienda en el caso del dolor crónico (ejercicio, intentar no autolimitarse en cuanto a la vida laboral y social se refiere, concienciarse de que hay una vía para la mejora del dolor crónico, etc.)

Esto es como una fila de fichas de dominó en la que al empujar una, las demás van cayendo después. El empujón son las palabras del especialista y las fichas cayendo son los pasos hacia atrás del paciente en su lucha contra el dolor crónico.

Punto primordial que todos los profesionales de la salud deberíamos tener en mente: EL PACIENTE, ANTES QUE PACIENTE, ES PERSONA. Hemos de medir muy mucho nuestras palabras.

Todos los «peros» que le encuentres a esta entrada, así como casos en los que reconozcas lo que aquí escribo, pueden ser mencionados en comentarios.

La foto de cabecera es dominio público de Pixabay.

Foto del autor

Jorge Rodríguez

Fisioterapeuta, Máster en Digital Health (cum laude) en Tallinn University of Technology, Miembro del Health and Care Professions Council (HCPC), Experto en Ejercicio Terapéutico y Experto en Redes Sociales. Creador y editor de lafisioterapia.net y FisioComunidad. Apasionado de la divulgación en Fisioterapia y la promoción de la salud, con especial interés en las herramientas digitales como vía para la mejora de la calidad de vida.

6 comentarios en «El paciente del «tienes que vivir con ello»»

  1. Me parece muy acertada esta entrada. Estoy terminando la carrera y en mis prácticas y primeros trabajillos he visto que los pacientes nos cuentan sus inquietudes, sus limitaciones, en ocasiones nos piden que interpretemos lo que les ha dicho el especialista… porque confían en nosotros. Y muchas veces no tenemos las herramientas necesarias para transmitir al paciente lo que necesita.
    En mi caso, estudiamos Psicología en 1º del grado. Historia de la psicología, y un supuesto abordaje ante el dolor que no era tal. Sabemos clasificar el dolor pero no sabemos comunicarnos con el paciente con dolor. O sabemos, pero no gracias a la formación básica. Y sí que es básica esta necesidad como para que no la cubra la universidad.
    El enfoque positivo del paciente es muy importante en su recuperación, y creo que los fisioterapeutas tenemos que ayudarles a que no lo pierdan sin dejar de ser realistas ante una patología que puede que no encuentre cura completa. Pero siempre se podrá mejorar la calidad de vida. Si no necesitaran eso, los pacientes no estarían buscando ayuda.

    • Hola Carmen. Gracias por tu comentario. Me entristece leer lo que escribes, ya que lo que me cuentas no es más que lo que yo viví en mis tiempos de estudiante universitario. Quisiera creer que esto no ocurre en todas las universidades. Creo que tu comentario es un buen llamamiento a la reflexión. A ver si las cosas cambian y nuestra formación se orienta más a la «vida real», a la práctica. Un saludo.

  2. Muchas gracias por la entrada. Desgraciadamente, se presentan en consulta este tipo de negligencias demasiado a menudo. Creo que son fruto de la arrogancia y de la falta de humildad para aceptar que no entendemos los mecanismos exactos del dolor. Aun así, eso no quiere decir que no podamos ayudar.
    Cuando se me presentan este tipo de pacientes es muy complicado deshacer las palabras del resto de profesionales, pero si uno lo consigue, el paciente te estará eternamente agradecido.
    Gracias de nuevo por la entrada, recuerdos desde Mallorca 😉

    • Hola Jeroni. Nuestra labor es tratar de hacer entender que esta forma de actuar cuando se nos presentan pacientes con dolor crónico va en detrimento de todos, el profesional de la salud (nuestro trabajo no estará siendo el adecuado) y el paciente (cuya salud se puede ver afectada). No quisiera que se entendiera como una crítica a los médicos, que considero que hacen una gran labor, sino hacia todos nosotros (profesionales de la salud) que hay veces que no medimos nuestras palabras, las cuales pueden tener consecuencias bastante negativas. Un saludo y muchas gracias por leerme y dar tu opinión.

      • Perdonad si la medida de mis palabras no ha sido la adecuada, pero en ningún momento quería ofender a ningún colectivo profesional concreto! Cualquier profesional puede cometer ese tipo de errores, solo que considero que nuestro nivel de exigencia para nuestras habilidades comunicativas debería ser mayor. El futuro de nuestra profesión es el trabajo en equipo, no me cabe la menor duda! Hasta pronto compañeros.

        • No hombre, en ningún caso he querido incomodarte. Hacía referencia a mi artículo, me gusta ser muy cauto con mis palabras y siempre trato de dejar claro que no es un ataque a nadie, sino una reflexión para que todos mejoremos. Tus comentarios son siempre bienvenidos y de agradecer, así que espero leerte por aquí asiduamente. Un abrazo.

Los comentarios están cerrados.