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Fisio, baja del Olimpo

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Ha llegado ese día en el que vamos a hablar de verdades, ha llegado el DÍA DE LA AUTOCRÍTICA. Me pillas en mitad de mis vacaciones, cruzando en ferry el mar Báltico desde Helsinki a Tallin. Te preguntarás «¿qué c****** estás haciendo escribiendo un artículo en tus vacaciones?». Tengo dos respuestas, uno es que me encanta lo que hago y dos, no quiero que se me pase la oportunidad de expresar muchas ideas que he tenido en mi cabeza durante años y que hoy han vuelto con más intensidad que nunca tras leer ciertos comentarios que me han dejado en las redes sociales a raíz de publicar el artículo El fisio no cura, lo siento. Parece ser que no nos gusta escuchar realidades y he decidido que este artículo sólo va a hablar de realidades, gustará o no, pero considero que va a ser de mucha ayuda y quisiera que a mí me lo hubieran hecho leer hace muchos años.

Deja que para comenzar te diga algo que tengo muy claro desde hace bastante tiempo: SOY UN IGNORANTE Y ME ALEGRO DE SABERLO.

Empecemos directo, tú, fisio (aplicable a los demás profesionales de la salud), acostumbrate a reconocer lo infinitamente limitados que son tus conocimientos. Acéptalo desde hoy, porque eso te ayudará mañana. Lo siento, eres fisio, no un dios, HAZTE UN FAVOR A TI MISMO Y BAJA DEL OLIMPO. Si has estudiado osteopatía (eso que los pacientes llaman «lo de los crujidos»), sigues siendo ignorante; si has estudiado reeducación postural global (eso que te ayuda a mejorar tu postura), sigues siendo ignorante; si has estudiado el concepto Maitland e incluso si eres un investigador de renombre, IGNORANTE. Lo que estoy escribiendo ahora no te suena bien, ¿sabes por qué?, porque históricamente hemos tenido problemas con la palabra «ignorante». No te sientas ofendido, te hago otra pregunta, ¿sabes por qué eres un ignorante?, te respondo, PORQUE NO HAY MÁS IGNORANTE QUE EL QUE CREE SABERLO TODO y en el mundo de los profesionales sanitarios somos muchos los que creemos saberlo todo. Sí, muchos de nosotros somos maestros liendre, que de todo sabe y de nada entiende.

Esto es un sinsentido absoluto, por el simple hecho de que en cuanto a la salud se refiere, si comparamos lo que sabemos con lo que no sabemos, nos damos cuenta que distamos mucho de tener un gran conocimiento. Es más, hay incluso muchas cosas que crees saber y en realidad no sabes. Pongamos un ejemplo, pregúntate si sabes cuál es el tratamiento más efectivo para la fasctis plantar. Todavía hay fisios que se han quedado anclados en el pasado y están masajeando y poniendo ultrasonidos, cuando ese tiempo de tratamiento podría usarse de manera mucho más productiva. Si eres uno de estos es hora de empezar a hacerte preguntas a ti mismo (en ti está qué preguntas son las que corresponden).

Otra cosa que se da muy a menudo en nuestro gremio, y por nuestro gremio me refiero a cualquier profesional de la salud, es que es demasiado común que nos veamos por encima de otros, que pensemos que sabemos más y mejor al compararnos con otros profesionales de la fisioterapia o cualquier otra rama de la salud. De este modo, también vamos mal. Quédate con esto: no eres fisio para ser mejor o peor que otros, tenemos que buscar ser mejores como individuos sólo para mejorar el colectivo, lo que se traduce en acercarnos a nuestro objetivo primordial, AYUDAR AL PACIENTE. Si tú no sabes algo, no intentes hacer magia o pretender que lo sabes, derívalo a un compañero o a otro profesional de la salud. Ya te dije en un artículo anterior mi opinión sobre qué pasa cuando la fisioterapia se convierte en negocio (que, por cierto, no le hizo mucha gracia a algunos).

No voy a mentir a nadie, la cantidad de cursos de formación a los que he asistido a lo largo de mi carrera como fisioterapeuta dista mucho de ser enorme. Soy más de podcasts, congresos, lectura y algún que otro curso (en contadas ocasiones). Sí, me cansé de que en ciertos cursos me vendieran humo, me cansé de que todo tuviera una respuesta. Uno de los mejores cursos a los que he asistido fue uno en el que el fisio que estaba en cargo me respondió a dos de mis preguntas de la siguiente manera «no tengo ni idea, cuando encuentres la respuesta, me la pasas». Humildad y realismo. Incluso para enseñar has de ser consciente de tu «ignorancia», lo que te abrirá las puertas para aprender de tus alumnos.  Como dirían los ingleses «don´t get me wrong», hay muchos cursos buenos con excelentes profesionales a los que este párrafo no les es aplicable en absoluto. Hacer cursos es un pilar importante en nuestra formación, sólo te pido que contrastes con compañeros si te merece la pena hacer unos cursos u otros.

Dejemos de lado la epidemia que azota nuestra profesión desde tiempos inmemoriales, «el lo sé todo y más y mejor».

Espero que nadie se sienta ofendido y, si es así, quizás sea porque se sienta identificado con lo escrito. Si no te sientes identificado, vas por el buen camino y si te sientes identificado, he escrito esto para hacerte un favor, para hacernos un favor. Te pido hacer autocrítica porque para mejorar se debe aprender y para aprender se ha de ser consciente de que se ignora.

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Jorge Rodríguez

Fisioterapeuta, Máster en Digital Health (cum laude) en Tallinn University of Technology, Miembro del Health and Care Professions Council (HCPC), Experto en Ejercicio Terapéutico y Experto en Redes Sociales. Creador y editor de lafisioterapia.net y FisioComunidad. Apasionado de la divulgación en Fisioterapia y la promoción de la salud, con especial interés en las herramientas digitales como vía para la mejora de la calidad de vida.

20 comentarios en «Fisio, baja del Olimpo»

  1. «Si no te sientes identificado, vas por el buen camino y si te sientes identificado, he escrito esto para hacerte un favor, para hacernos un favor».

    Pareces estar MUY seguro de esto, lo que denota (a mi opinión) que AÚN eres más ignorante de lo que crees.

    Me encantaria hacer café y charlar.

    • Muchas gracias por tu comentario, Toni. Me pillas un poco lejos para un café, pero estaré encantado de que me des tu visión sobre este tema y más concretamente sobre mi más que asumida ignorancia. Yo siempre estoy dispuesto a escuchar.

    • Estoy totalmente de acuerdo. La autocrítica no es ni ha sido uno de los puntos fuertes en nuestro país. Ésto, además, hace que nuestro paciente desconfíe de nosotros si le derivamos a otro compañero o a otro especialista (Algo que debería ser lo más normal del mundo y, por desgracia, no lo es). Quizás, factores como la falta de interés, la falta de inquietud por nuestra profesión y la «falta de tiempo» haya hecho que nos acomodemos con lo que sabemos (creemos saber). Por otro lado, a lo mejor, la interpretación de la palabra competencia (y su fomento) no sea la correcta y nos haya llevado a esta situación.

      Salu2.

      • Muchas gracias por tu comentario, Sergi. Creo que los puntos que destacas son muy interesantes. ¿Podrías explicar un poco más cuál crees que es la interpretación de la palabra «competencia» y cuál debería reemplazar esta interpretación? Un saludo.

        • Bien. Intentaré explicarlo de la mejor manera que pueda. Si analizamos la palabra competencia, podemos ver que posee dos connotaciones. La primera y, más sencilla de entender (la que entra antes a nuestro repertorio de palabras en nuestro cerebro), hace referencia al enfrentamiento o a la contienda que llevan a cabo dos o más sujetos respecto a algo. Ejemplos en nuestra vida cotidiana: «He decidido competir»; » Competiremos haciendo una carrera»; Estamos compitiendo por esa chica».

          La segunda, hace referencia a la capacidad, habilidad, destreza o pericia para realizar algo específico o tratar un tema determinado. Por lo tanto, entendemos que ésta es la forma en la que se ejerce dicha labor y se encuentra enmarcada en un contexto de materia. A partir de aquí y, siguiendo esta definición, hay diferentes tipos de competencia según la materia. Por ejemplo, la competencia deportiva se mide mediante la clasificación (si el deporte no es artístico); si la competencia es económica, se mide mediante la cantidad de oferentes y demandantes que hay en el mercado; si la competencia es pedagógica, se mide (se valora en este caso) mediante el desarrollo del pensamiento.

          Una vez hecho un breve resumen de lo que es la competencia, añadiré mi opinión respecto a ella y sobre qué pienso cuando oigo oír esta palabra, o mejor dicho qué se me viene a la mente primero. Cuando estudiaba ( acabé la carrera hace un año) los profesores insistían deliberadamente en que debemos ser competentes. Siempre competentes. Hacer todo lo posible por ser aun más competentes. Competir, competir, competir, competir, competir… Competir porque el mercado es el que es y no hay un sitio (buen sitio) para todos. Dicho ésto, lo que pienso viene relacionado con la primera definición. Pienso que irremediablemente tendré que partirme a «hostias» con otro como yo para conseguir un puesto. En este caso, una vez conseguido el puesto, quedarme un paciente durante el máximo tiempo posible. Para que sea popular, para que obtenga más beneficios económicos. En definitiva, tengo que ser mejor (Y aquí citaría tu artículo) que el que tengo al lado. Resulta que, conociendo a los fisios de mi pueblo y a los de al lado, no hay quien me diga una buena palabra del otro. Ninguno. «Este tío es una caradura», «Ése está ahí porque lo ha colocado el padre», «Ése sabe de fisio lo que sé yo de física cuántica», etc.

          En muchos momentos he sentido bastante asco por nuestra profesión, o mejor dicho, por el ser humano. Como bien has dicho tú, lo único que queremos es ejercer bien nuestra profesión y ganar lo suficiente como para vivir tranquilos. Y éso es lo que pienso precisamente yo. Empecé a estudiar fisioterapia para ayudar a la gente. En mi caso, por ejemplo, creo que tengo precisión y destreza con las manos, obviamente sin ser un genio ni un mago y teniendo muchísimo por aprender todavía. Muchísimas.

          El auge del marketing ha tenido mucha influencia seguramente en el fenómeno de la competitividad, pero no tiene la culpa, ni mucho menos, de nuestro comportamiento. Se supone que, si somos habilidosos, si somos empáticos con el paciente y, en definitiva, si le ofrecemos buenas soluciones, ellos vendrán a nosotros. Es éso lo que debemos aprender, entrenar, fomentar… Esa competencia, no la otra. De esta manera, derivaremos pacientes a nuestros compañeros porque no dominamos algún ámbito, técnica o situación clínica. Sin embargo, el otro, al que tú le has enviado un paciente, te enviará otro, porque, como le has enviado un paciente y,eres habilidoso(compotente), te enviará otro. Podemos observar que se crea un clima positivo que refuerza nuestra profesión y nuestro compañerismo, dejando para el paciente lo mejor que podría recibir sin ser estafado.

          Pongo punto y final. Espero haber sido más o menos claro.

          Saludos

          • Muchas gracias, Sergi. Muy claro, muy bien explicado y muy interesante. Tu comentario bien podría ser un artículo de este blog :-), me gusta como te expresas. Muchas gracias de nuevo y siéntete libre de colaborar con tus ideas en mi blog, ya sea con concomentarios o incluso con un artículo, si lo desearas.

  2. Este es un tema muy sensible para muchos, pero refleja una realidad, nos guste o no. Yo los llamo «Fisioenteraos» que todo lo «saben» y que te miran por encima del hombro. Hace ya varios años estaba yo trabajando en un gabinete de Churriterapia donde apenas tenía 5-10min por paciente y muchas máquinas de electro. Un nuevo fisio llegó para hacer una sustitución de verano y se me presentó diciendo: «Hola, me llamo X. Si hago algo que no entiendas o no conozcas me lo dices» (en plan, «soy la ostia tú»). Tal sería mi cara de asombro ante tal presentación de este «fisioiluminado» que tras un corto silencio incómodo, respondió: «bueno, si tú haces algo que yo no conozca te lo preguntaré a ti también».
    Esto es sólo un pequeño ejemplo, por eso me encanta tu artículo! Muy bueno, te felicito!!

    • Hola Nuria. Antes de nada, muchas gracias por tu comentario. Me ha encantado lo de «Fisioenteraos», yo solía usar sólo «enteraos», pero me gusta más el tuyo, así que te lo robo. En todos sitios cuecen habas. El problema no es ser «Fisioenterao», sino serlo y no darse cuenta. Yo considero que un porcentaje altísimo de fisios somos muy «enteraos», por eso escribí el artículo, a ver si dejamos de ser «iluminados» y nos volvemos terrestres. Muchas gracias de nuevo y un saludo.

  3. Hola! Me ha encantado tu artículo, aunque él último párrafo me ha matado.
    Yo me siento muy identificada con lo que has dicho pero no porque yo crea que soy mejor, sino porque yo acepto mis limitaciones, sé lo que sé y lo que no sé, y sobretodo busco el bien de mis pacientes por lo que si no sé la respuesta, siempre derivo.
    Una de mis filosofías en la vida ha sido una frase que en su día dijo Socrates: «Solo sé que no sé nada».
    Soy muy consciente de mis limitaciones, de que soy humana y me puedo equivocar y sobre todo, de que cuando un paciente va a tu consulta es porque lo necesita.
    En fin, estoy de acuerdo contigo, se debería ser más humilde en esta vida.
    Gracias por el post 🙂

  4. Uno debería sentirse un ignorante acabada la carrera, con 15 años de experiencia o al borde de la jubilación. Es lo que te hace querer superarte cada día. Por otro lado el acceso a la vasta información de Internet no hace más que acrecentar esa ignorancia. Afortunadamente existen profesionales dispuestos a que formes parte de tu entramado de relaciones que potencia a cada uno de los individuos, es la inteligencia colectiva. Démosle el protagonismo a esos que no miran por encima del hombro, a los que comparten y hacen que todos seamos un poquito menos ignorantes. Y a los que quieren aprender. Un saludo Jorge.

  5. Aun no puedo creer como dos persona pueden pensar lo mismo y a la vez tenemos el mismo nombre.
    Me gusta lo que escribe ya que estas diciendo lo realidad de lo que hay en nuestro gremio.
    Un abrazo.

  6. Hola Jorge excelente artículo sobre todo en la parte de mención de la inundación de cursos que hay alrededor del mundo pues en muchos casos más que ciencia se vende por poco la solución eterna a todo y lastimosamente no es así, personalmente considero que el saber en esta bella ciencia es dado en compartir experiencias y de cada una sacar lo bueno para aplicarlo en un paciente, no debemos olvidar que la razón de nuestro trabajo es aliviar el dolor y recuperar la calidad de vida, eso no se logra con mil técnicas sino con saber hasta donde llegar, jamás está mal referir al paciente a un especialista o a un colega que pueda ayudar….
    La ignorancia es parte de nuestra vida pues muy bien lo enuncias quien todo sabe seguro comete mas errores, ser ignorante es más bien motivante para continuar investigando y desarrollando capacidades y destrezas no sólo en cursos sino en compartir experiencias y dejar de lado el episodio donde el egoísmo hace del profesional una amenaza, realmente bueno el artículo y me sumo a la legión de ignorantes que siguen aprendiendo

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