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¿Dónde estamos en el dolor patelofemoral?- por Claire Robertson

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Qué mejor manera que empezar el 2017 con una artículo de una de esas personas que muchos tenemos como referente en Fisioterapia cuando se habla de dolor patelofemoral. Os hablo de Claire Robertson, fisioterapeuta , investigadora y profesora internacional, que muy amablemente ha querido colaborar en el blog. Para el que no la conozca, lo cuál sería un delito, Claire dedica su carrera al estudio y tratamiento del dolor femoropatelar y es todo un honor que haya escrito para mi de manera totalmente desinteresada. Podéis leer más sobre ella en su página Claire Patella (con la opción de leer en español). Desde aquí le mando mi más sincero agradecimiento… Many thanks, Claire!!

El artículo dice así…

Este artículo es un resumen de una charla reciente que di en la conferencia anual de la BASEM (British Association of Sports and Exercise Medicine/Asociación Británica de Medicina del Deporte y Ejercicio). Esta charla se basa en mi trabajo como fisioterapeuta centrada únicamente en el campo del dolor patelofemoral (DPF) durante los últimos 10 años, literatura que incluye mi propia investigación y mi reciente asistencia al Retiro de Investigación Patelofemoral.

Primero, una pequeña clarificación en cuanto a la terminología. Desaconsejo el uso de «dolor anterior de rodilla» para el dolor patelofemoral porque es vago y no diferencia entre otros patologías afectando a la parte anterior de la rodilla como puede ser la tendinopatía y Osgood-Schlatters. También pido precaución con el término condromalacia rotuliana. Éste es un término descriptivo que sólo debe usarse tras una resonancia magnética o una artroscopia, describiendo el estado del cartílago retropatelar (el cartílago detrás de la rotula). Sin embargo, señalé que el cartílago es aneural, así que no es la fuente de dolor. Pueden surgir creencias catastrofistas de esta etiqueta, así que mi consejo es evitar su uso.

Le recordé a la audiencia el hecho de que factores locales, regionales y SNC pueden jugar un rol en DPF, particularmente cuando los síntomas han estado presentes un buen tiempo. El modelo de razonamiento del dolor y movimiento como lo presentan Jones y O´Shaughnessy (2014) es una manera estupenda de ver estos tres factores. Una de mis propias áreas de trabajo ha sido examinar el significado del crepitus en pacientes con resonancia magnética normal. Creo que los pacientes a menudo se preocupan mucho por su crepitus (Robertson 2016) y mi reciente trabajo (a la espera de su publicación) demuestra un comportamiento de miedo-evitación basado en creencias catastrofistas sobre lo que significa el ruido. Mi consejo es que si el paciente menciona el crepitus, yo simplemente pregunto «¿qué crees que significa?». Si dicen algo como «mi rodilla se está desgastando», se debe dedicar un tiempo a corregir esa crencia.

Mi otra área de investigación es el vmo (vasto medial oblícuo). El vmo ha tenido mucha atención a lo largo de los años, con confusión en cuanto a su relevancia en el DPF. Nuestro equipo ha estado examinando la estructura del vmo con respecto al ángulo de las fibras y la cantidad que se inserta en la patela. Hemos encontrado que la estructura del vmo varía mucho en la población normal, que los individuos sedentarios tienen mayor probabilidad de tener un ángulo de fibras y proporción de inserción de fibras menor, y que el ejercicio puede incrementar estos parámetros, especialmente el ángulo de fibras (Engelina y col., 2014, Benjafield y col., 2015, Khooshkhoo y col., 2016). Mi propia experiencia me dice que cuando ha habido una importante historia de dolor y/o inflamación al empezar los síntomas, por ej. post-cirugía, post-trauma, post-luxación, la gran inhibición del vmo es más probable que sea relevante.

El vmo además incrementa su importancia cuando la estabilidad pasiva de la articulación patelofemoral (APF) está comprometida debido a una displasia. La aparición de una RM mejorada en la última década, ha llevado a que entendamos la displasia mejor, y la medición de las características displásicas de la APF son ahora más comunes. En la displasia de la APF se puede ver uno o más de lo que sigue: tróclea superficial, tendón rotuliano largo, tuberosidad de la tibia lateralizada. En el Retiro de Investigación Patelofemoral en 2015, hubo una discusión sobre el DPF como un continuum con la artrosis de la APF, y esto es probablemente más común cuando hay displasia. La rehabilitación debería considerar las características displásicas, y tener como objetivo proveer máxima estabilidad dinámica, y acabar con todo movimiento indeseado. Este movimiento indeseado podría ser del tronco, pelvis, fémur, tibia o pie y en varios planos. Una buena evaluación debe identificar esto, de manera que pueda ser tenido en consideración.

Cuando la rótula está inclinada o subluxada lateralmente es común ver edema óseo en la faceta lateral de la rótula y/o la correspondiente parte de la tróclea. Callaghan y col. (2015) demostraron que el uso de un «Q brace» durante una media de 7.4 horas al día durante 6 semanas llevó a un descenso en lesiones de la médula ósea como se muestra en la RM y reducción correlativa del dolor. Algunas piernas no son compatibles con rodilleras, así que en esas situaciones, buscaría el efecto con tape.

Finalmente, ha habido una explosión de interés en la carrera (running) y la APF, aunque asombrosamente hay pocos estudios en sujetos con dolor. Sin embargo, lo que sabemos es que reduciendo la longitud de zancada, incrementando la cadencia, se puede reducir la carga en la AFP, reducir el ángulo de aducción pico, reducir el trabajo de los abductores y rotadores externos y llevar a un mejor «firing» previo al contacto con el suelo. Todo esto puede verse como potencialmente beneficioso in DPF (Lenhart y col. 2013).

Por supuesto, hay muchas otras áreas de interés en este campo. Es imperativo ver el DPF como un término genérico (Robertson 2013) y utilizar el razonamiento clínico basado en la evidencia para evaluar y tratar al paciente.

Aquí puedes ver una infografía resumiendo este artículo.

Referencias

Benjafield A.J., Killingback A.,Robertson C.J. Adds P.J. Investigation into the architecture of the vastus medialis oblique muscle in athletic and sedentary individuals: An in vivo ultrasound study Clinical Anatomy. Article first published online: 22 SEP 2014 | DOI: 10.1002/ca.22457

Callaghan M. et al., A randomised trial of a brace for patellofemoral osteoarthritis targeting knee pain and bone marrow lesions. Ann Rhuem Dis 2015 doi:10.1136/annrheumdis-2014-206376

Engelina S, AntoniosT Robertson C.J., Killingback A, Adds P J Ultrasound Investigation Of Vastus Medialis Oblique (VMO) Muscle Architecture: An In Vivo study. Clin Anat. 2014;27;7;1076-1084

Jones LJ, O’Shaughnessy DFP The Pain and Movement Reasoning Model: Introduction to a simple tool for integrated pain assessment Manual Ther 2014, 19; 3; 270-76

Khoshkhoo M, Killingback A, Robertson CJ, Adds PJ The effect of exercise on vastus medialis oblique muscle architecture: An ultrasound investigation. Clin Anat 2016; 29;6;692

Lenhart RL, Thelen DG, Wille CM, Chumanov ES, Heiderscheit BC. Increasing Running Step Rate Reduces Patellofemoral Joint Forces. Med Sci Sports Exerc. 2013 Aug 2.

Robertson C J. Joint Crepitus-are we failing our patients? Physiotherapy research International; 2010;15;185.

Robertson C J. Patellofemoral pain syndrome provides a challenge for evdence-based practice Int J Ther Rehab 2007;14;12

Versión en inglés

Foto del autor

Claire Robertson

Claire Robertson es una fisioterapeuta inglesa especializada en el manejo del dolor femoropatelar. Es profesora a nivel internacional, lleva a cabo proyectos de investigación y es revisora de artículos científicos en diferentes medios. Además, lleva su propia clínica en Wimbledon.

6 comentarios en «¿Dónde estamos en el dolor patelofemoral?- por Claire Robertson»

  1. Lo malo es que aqui la resonancia es como el caviar, un articulo de lujo, y no pasan de ecografia y exploracion manual. Yo despues de estar diagnosticada de condromalacia rotuliana tras dar con las plantillas adecuadas y bajar de peso el problema se resolvio, estuve un año sin dolor y no he estado mas porque force las piernas.

    • Hola Dacil. Uno de los grandes problemas es que muchos pacientes consideran que la reonancia es necesaria en circunstancias que muchas veces no lo es. Tendemos a culpar al médico por no recetarnos una, pero la realidad es que el médico está haciendo bien su labor. Tenemos que hacer ver al paciente que algunas ideas que tienen distan de la realidad y esto debe hacerce mediante la educación del paciente. Un saludo.

  2. Como siempre Jorge, tus entradas son de mi total interés. Gracias por «digerir» la información de la Dr Robertson y plasmarla ya preparada para su aplicación clínica

  3. Ya lo he comentado por RRSS, pero aprovecho para dejar un comentario y agradecértelo «in situ». Este blog es muy valioso para profesionales y pacientes, y es de agradecer el esfuerzo que haces por mostrar las últimas tendencias en fisioterapia.

    En mayor o menor medida, seguro que todo el que pasa por este blog hace un pequeñito cambio de chip. Un saludo!

    • Hola Paco,

      Se agradecen mucho tus palabras que animan a tratar de seguir adelante con la web y seguir ayudando a compañeros y pacientes.

      Un abrazo

Los comentarios están cerrados.